domingo, 26 de julio de 2015

Y sigue la verborrea pastoril

Vuelvo a casos fracasados, que espolearon mis secas fuentes de inspiración. En este caso era una embozada que se ocultaba tras las siglas RPC quien llamó mi atención. No tengo anotado nada sobre su reclamo y tampoco recuerdo su aspecto físico, es decir, el de las fotos que hubiese puesto en su perfil, pero aquí está mi cebo que quedó sin morder.

A RPC

¿Quién será el que no te ama,
que a esta ventana te asomas,
buscando en otras personas
travesura, amor  o cama?

¿Cuándo vendrá, corazón,
quien en ti podrá semillas
que darán a tus mejillas
calor, alegría y pasión?

R, de rabia bulle mi alma
P, de pasión mi pecho estalla
C, cobarde mi boca calla
¿Seré yo, mi bien, quien te calma?


Creo que en unos tiempos donde mandan los versos libres, la licencia de cambiar la métrica de la tercera estrofa es más que perdonable.


lunes, 20 de julio de 2015

De cuando me empiqué a los versos

Corría el año 2006, recién divorciado y mis escarceos en la selva cibernética empezaban a dar sus frutos. Una dama con la que si tuve roce y que levantaba mi lívido a alturas estratosféricas me dio la oportunidad de cometer probablemente mis mejores pecadillos carnales. Cáigame la sentencia que me caiga en el valle de Josafat, sus recuerdos seguirán esbozando en mí una sonrisa.
Como dicen estos versos, a ella fue la primera mujer que escribí poesía y lo cierto es que le terminé, como ya saben ustedes, cogiendo el gustillo.


Absorto queda, cautivo ¿de amor?
y preso de tu estática sonrisa
de tu mirar que atraviesa sin prisa
el pecho de este pobre servidor.

Servidor que ansía provocar tu risa,
animar tu alma, avivar la ilusión,
llenar el hastío con quieta pasión,
ser del estío tuyo la suave brisa.

¿Qué hiciste, musa de mi corazón?
que años ha que escribir versos quería
mas jamás mi mano contento dio.

Hoy libre de mi crítica razón
y mi vergüenza, dirás ¡qué tontería!,
¡Ay mujer!, mas un soneto salió.


 En el original, ¡Ay mujer! era su nombre, pero por razones que cualquier bien nacido puede entender, he decidido mantenerlo en el anonimato. No es que hiciésemos nada punible por las leyes humanas -quizás multable, pero no más- pero siendo, como éramos, dos personas adultas y respetables, hay ciertas cosas que no está bonito que las pongamos en práctica. ¡Ay! ¡Qué dias aquellos de vinos y rosas!

domingo, 5 de julio de 2015

No soñéis con príncipes azules, no vaya a ser que vengan.

Otro de los fiascos cibernéticos de mi etapa licenciosa lo tuve con una mujer cuyos nombre y cara  ni siquiera recuerdo. No tuve la precaución de anotar su apodo de batalla. Ella se presentaba con el siguiente mensaje;

El río siempre cambiante es fuente de insospechados colores, y sin duda sigiloso... pero también poderoso!.... si el riesgo tiene su parte azul y si miras mis retinas, nos abrimos paso, comienza la "magia", se envuelve el susurro, así se esperan 100 años con ilusión... porque serás lo mejor que ha colado la naturaleza y la fuerza. Será una fiesta!.... inundaciones de ternura...porque del corazón salen los sentidos más intensos. Un llenar de los detalles más simples, que no se agotan, y que hacen que la vida, sea algo maravilloso. Así, y sólo así, te pasearás triunfante en mi memoria.

Como siempre cito la cita, y no es una redundancia puesto que la misión de estos mensajes es la de provocarnos y que nos arranquemos como toros en celo, para que se entienda mi mugido de respuesta que no fue otro que el que a continuación les expongo.


Bañado del arriesgado azul de tus retinas
Sus niñas mi voluntad secuestran
Susurrando mágicas la centenaria ilusión
De colarme en ti por natura y por fuerza.

De colarme en tu fiesta de ternura inundada
Que brota desbocada del sentir del corazón
Para cubrir con simples e inagotables detalles
Las maravillas de tu alma, tu vida y tu razón

Pasearme triunfante quisiera por tu memoria
Como el río cambiante de tu canción
Fuente de insospechados colores
Sigiloso, poderoso…..

Bañado del azul de tus retinas
¿habré de esperar aún cien años
Para gozarte en mi pasión?


Ya se que ni de coña da para mención en unos juegos florales de una pedanía de un villorrio pero ¿qué quieren que les diga? Se supone que si una fémina se vende con ese discurso debería ser algo receptiva a una respuesta como la mía. Poeta no seré pero ella tampoco es Rosalía de Castro. En fin, un caso más que me ayudó a entender esa paradoja de la voluntad por la que rara vez somos capaces de saber qué es realmente lo que queremos.