Una mañana temprano de un domingo de agosto estaba como de costumbre en un velador del Cachet, bar donde suelo desayunar, acompañado solo por un parroquiano en la mesa de al lado cuando siento acercarse por la avenida de La Buhaira un ruido de maletas. Dejo de leer y espero a que aparezcan por la esquina quienes quieran que fuesen. En seguida aparece una pareja de jóvenes en dirección a Santa Justa. Ella estirada, con la barbilla ligeramente levantada, la vista fija al frente y marcando el pasa con decisión. Él a su lado pero retrasado unos cinco dedos, algo corvado al tener que arrastrar con ambas manos sendas maletas.
La imagen me arranca una sonrisa y, al pasar ellos de largo, llamo la atención de mi compañero de desayuno. Señalando hacia atrás con un ligero movimiento de nuca le digo.
- "¡Piss! la lleva clara el pobre, ¿ehn?"
A lo que él me contesta.
- "Como el del chiste que le preguntan, ¿tu mujer se casó contigo por amor o por interés?, y el tras pensarlo un poco responde: debe ser por amor porque interés muestra muy poco".
Decía Mark Twain que la Historia no se repite pero sí que rima. No sé como serán las rimas de la Historia con mayúsculas, pero la vida de la gente rima con pareados consonantes machaconamente repetitivos.
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