A ver qué podemos hacer con ellas:
Con entusiasmo salgo a batallar
el miedo que el blanco me provoca.
Con estremecimiento se coloca
mi pluma y la angustia aprieta el collar.
Collar que tensa con alegría
al ver la pena que sofoca
mi fascinación por la poesía,
y de rabia mi musa se ahoga.
¡Ahoga tirana estéril mi dolor
y arranca de cuajo mi tentación!
¡No te cebes cruel con mi impotencia!
Me quedé en blanco ¡Qué vergüenza!
Se ve que la poesía no es lo mío, pero habrá que trabajarla. Vamos por el 2º fascículo y son más de sesenta. Imagino que cuando termine habré mejorado algo.
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