¿Qué tienen en común una escopeta y un paraguas? La lluvia. Si, el paraguas sirve para protegernos de la lluvia propiamente dicha. El agua que precipita de las nubes. La escopeta sirve para cazar lanzando a la presa una lluvia de perdigones. El paraguas la recibe, la para. La escopeta la expulsa.
El agua es buena, necesaria y el paraguas nos separa de ella, porque lo bueno no es siempre bien recibido. El plomo, especialmente a altas velocidades, es mortal y la escopeta nos empapa de él. La muerte nos aterra pero vivir es matar a otros. Si realmente hubiese existido un Creador Benévolo, habría dividido la materia orgánica en comida y comedores. Los primeros solo serían felices en bocas de los segundos. Pero el azar no sabe de sutilezas y todos somos comida y comedores a la vez. Para morir, la muerte solo nos tiene que visitar una vez. Para vivir la llamamos a diario. Morir es solo el último acto de nuestra vida. Tras él, de nada sirven la escopeta ni el paraguas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario