El ejercicio propuesto dice así:
Contar empleando un narrador omnisciente el siguiente párrafo del Diario de Ana Frank:
"Es el primer sábado desde hace meses que no me ha parecido triste, ni fastidioso, ni monótono y todo gracias a Peter y a nadie más.
Esta mañana cuando fui a colgar mi delantal en el desván, Papá me preguntó si querría quedarme para una conversación en francés."
Intentaré seguir los seis puntos que determinan la impersonalidad de un narrador omnisciente:
- Expresión en tercera persona.
- Situación fuera del relato.
- Punto de referencia.
- Representación de las opiniones del autor.
- Control sobre los aspectos de la narración.
- Sitúa y orienta al lector por todos los nudos del argumento.
Ana se levantó ese sábado sin ánimos. Hacía meses que los sábados le fastidiaban, le entristecían y le parecían monótonos. Cuando subió al desván para dejar su delantal se encontró con su padre que le preguntó si quería quedarse para conversar en francés. Entre los tertulianos estaba Peter y Ana, sintiendo algo nuevo en su interior, no deseó otra cosa que quedarse. Siempre le había gustado participar en esas conversaciones con los mayores, y le encantaba practicar idiomas, pero aquel día fue diferente. Aquel día sentía que algo la ataba a aquel lugar que no era ni el francés ni la charla. Sentía que estar allí merecía la pena si y solo si estaba Peter.
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Procurad también que, leyendo vuestra historia, el melancólico se muera de risa, el risueño la acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de la invención, el grave no la desprecie ni el prudente deje de alabarle.
Miguel de Cervantes.
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Procurad también que, leyendo vuestra historia, el melancólico se muera de risa, el risueño la acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de la invención, el grave no la desprecie ni el prudente deje de alabarle.
Miguel de Cervantes.
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