sábado, 20 de junio de 2015

La contraria no es buena táctica en la suerte del amor

Una vez más rememoramos las andanzas amorosas por los pagos de esa ciber-Mancha que llamamos La Red. En esta ocasión, vino caballo y caballero a toparse con una embozada dama -hacíase llamar Ledicia- quien a modo de Santo y Seña daba la siguiente presentación:

Para el error... el perdón, 
para el fracaso... la oportunidad 
y para el amor...el tiempo.

Disfruta del camino, todo llega.

¿Por qué no habré aprendido el arte del embaucador y seguido la corriente a aquellas que intenté conquistar? Pues porque ese arte no se aprende sino que se hereda, y de haber hecho lo contrario que aquello a lo que mi natural me empujaba no habría sido yo.

Así que ya pueden imaginar que espoleado por la ñoñez del discurso, apreté la adarga contra mi costado, enfilé mi lanza y espoleando mi literario corcel galopé sobre estos birriosos versos:

Para el error, seguir caminando
que parar tras errar nos hace miedosos...
Para el fracaso, seguir intentando
que desistir tras fracasar nos hace temer...

Para el amor.... el instante
que si la distancia es el ataúd de los sentidos
de tiempo están hechos sus gusanos...

Mas errar, fracasar, amar y desamar
no es más que pavimentar el camino..

camino que todos hemos de andar.

Como pueden vislumbrar vuesas mercedes, la acometida se esfumó en la niebla y nunca más supe de ella. Ya lo decían los antiguos: prometer y prometer hasta meter, y una vez metido, olvidar lo prometido.


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