jueves, 24 de diciembre de 2015

Canción de ¿amor? de Kangding

En el tema 13 de mi libro de chino viene esta antigua canción de amor china cuyos título y letra rezan así (pinchar en el título para escuchar una versión de la misma):


跑马  溜溜的 山上,一朵  溜溜的 云  哟,
端端  溜溜的 照在    康定  溜溜的 城  哟,
月亮  溜溜的 弯弯,康定  溜溜的 城  哟!

李家  溜溜的 大姐,人才  溜溜的 好  哟,
张家  溜溜的 大哥,看上  溜溜的 她  哟,
月亮  溜溜的 弯弯,看上  溜溜的 她  哟!

一来  溜溜的 看上,人才  溜溜的 好  哟,
二来  溜溜的 看上,会当  溜溜的 家  哟,
月亮  溜溜的 弯弯,会当  溜溜的 家  哟!

世间  溜溜的 女子,任我  溜溜的 爱  哟,
世间  溜溜的 男子,任你  溜溜的 求  哟,
月亮  溜溜的 弯弯,任你  溜溜的 求  哟!


Si quitamos los  溜溜的, que hacen las veces de "duduah!, duduah!, y los  哟, equivalentes a nuestros ¡Oh!, la letra quedaría así:

跑马 山上,一朵云,
端端  照在   康定城,
月亮弯弯, 康定城!

李家大姐,人才好,
张家大哥,看上她,
月亮弯弯,看上她!

一来看上,人才好,
二来看上,会当家,
月亮弯弯,会当家!

世间女子,任我爱,
世间男子,任你求,
月亮弯弯,任你求!

Como ejercicio de armonía y contrapunto decidí hacerle un arreglo a la melodía tradicional respetando el carácter chino de la pieza. Pueden oírlo aquí en una versión enlatada resultado de una conversión a mp3 de la partitura escrita en MuseScore. Por supuesto el timbre es de sintetizador malo y le falta expresión y relieve. En dicho ejercicio presento primero el tema. Luego añado un motivo rítmico a modo de nota pedal. Ésta emigra a la octava inferior para dejar espacio a un eco de la melodía principal. Posteriormente evolucionan, pedal y eco, a un obstinato. A continuación aparece una segunda voz melódica que contrapuntea al tema principal para que éste, finalmente, ceda la primacía sonora retirándose al bajo y dejando así paso a una melodía nueva.



He visto algunas traducciones al inglés con las que uno flipa de la inventiva occidental cuando se idealiza el espíritu oriental. La mejor reza así:

High upon the mountain side, floats a cloud so white.
There lies kangding town, bathed in silver moonlight.
Moonlight shines bright, over kangding town.

Lovely maid with a sweet smile, Li the woodcutter's daughter.
Zhang the blacksmitsh eldest's son, came to court her in moonlight.
Moonlight shines bright, a courtship in moonlight.

First, he has fallen in love because she is talented and good-looking.
Second, he has fallen in love because she can take care of the family.
The crescent moon, can take care of the family!

Lovely maidens of the world, I cannot but love you.
Gentlemen of the world, they cannot but woo you.
Moonlight shines bright, they cannot but woo you.

Que en la lengua de Cervantes sería:

Alto sobre la ladera de la montaña, flota una nube tan blanca.
Alli yace la ciudad de Kangding, bañada en la plateada luz de la luna.
La luz de la luna resplandece sobre la ciudad de Kangding.

Una adorable dama con una dulce sonrisa, Li, la hija del leñador.
Zhang, el hijo primogénito del herrero, vino a cortejarla a la luz de la luna.
La luz de la luna resplandece, un cortejo a la luz de la luna.

Primero el se ha enamorado porque ella es talentosa y bella.
Segundo el se ha enamorado porque cuida bien de la familia.
La luna creciente, cuida bien de la familia.

Adorables damas del mundo, yo no puedo sino amar.
Caballeros del mundo, ellos no pueden sino cortejarte.
La luz de la luna resplandece, ellos no pueden sino cortejarte.

¿De dónde habrán salido el leñador y el herrero?

Tras trabajar la letra con mi adorable maestra  怡君 (Yí-Jūn) yo propondría la siguiente traducción:

En lo alto del monte Paoma, una nube
de punta a cabo brilla en la ciudad de Kangding.
Cuarto de luna, en la ciudad de Kangding.

La primogénita de los Li, buena y talentosa
El primogénito de los Zhang se prenda de ella.
Cuarto de luna, se prenda de ella.

Primero se prenda por buena y talentosa,
Después se prenda por hacendosa
Cuarto de luna, por hacendosa.

Las mujeres del mundo me dejan amar,
Los hombres del mundo te dejan cortejar.
Cuarto de luna, te dejan cortejar.


Como puede ver el lector mi versión es mucho más magra que la anterior, como me cabe esperar de una canción antigua. Es llamativa la necesidad del exégeta de meter la luz de luna con calzador cuando en la letra no se menciona para nada. La que brilla, según mi interpretación, es la nube, no la luna.

Li y Zhang son dos de los apellidos más comunes de China. No se si hay alguna leyenda que complete el significado de esta canción donde se pueda ver que Li (李), el padre de ella, fuese leñador pero hasta donde llegan mis pesquisas Li es ciruela, mucho menos apropiado para el dramatismo que se le quiere imprimir a la versión occidental de la canción ¿verdad? Donde esté un esforzado leñador que se quiten las ciruelas. Por otro lado Zhang (张), además de un clasificador para objetos planos, es el verbo extender que estirando mucho la imaginación, pero ¿quién sabe?, podríamos asociar con el trabajo de un herrero que, forjando el hierro, extiende las barras en hojas. Mucho estirar me parece a mí eso ¿verdad? ¿No será que Li y Zhang juegan en Chino los papeles de nuestros Fulano y Mengano? ¿a que va a ser que sí?

¿Y qué me dicen de la dulce sonrisa, las adorables damas del mundo, los caballeros...? En mi versión, y creo que en el original, todo es mucho más prosaico. Los antiguos no se regodeaban tanto en el amor y sus florituras, más propias de almas ociosas y de vida regalada que de supervivientes. Para mí que la canción tiene un objetivo claramente edificante, moralizante, para que las niñas aprendan qué es lo que les conviene. Sed modositas, diestras y buenas amas de casa y ya vendrá alguien que se haga cargo de vosotras. La belleza corporal está completamente ausente en la canción. Las mujeres esperan en sus casas, como la ciruela en el ciruelo, a que los hombres vengan a recolectarlas. Las mujeres se encargan de que las niñas amen, sueñen, se preparen y esperen. Los hombres velan porque los muchachos busquen, cortejen y elijan bien entre los frutos del bosque.


martes, 22 de diciembre de 2015

Las sombras del silencio

Las sombras del silencio

Sombra, alumbra el camino,
Silencio, cuenta el destino.
Que el tiempo va en retroceso,
y busca el fin en su comienzo.

Vivir no es ir adelante
sino quemar el aliento,
vivir es volar al viento
que aspira y nos lleva al antes.

Desandar quiero el futuro,
explorar así el pasado,
saltarme limpio el presente,

que el que está, está ausente
pues sólo se está en un lado
y al resto lo tapa el muro.

Muro que cierra el camino
velando así mi destino.






jueves, 27 de agosto de 2015

El arisco Universo no piensa de tres en tres

Se dice que las cosas van en ternas,
virtudes, maldades de tres en tres,
que los fallos se van a la tercera...
¿habrá si acaso simpleza más tierna
que creer que el devenir tiene interés
solamente en una cifra concreta?

Tiempo, oportunidades y palabras,
dicen que no vuelven una vez pasadas 
¿de ello, siquiera, algún mal se espera?
El terror al futuro es el que nos labra
en el presente arrugas pronunciadas
que al pasado dan forma de estela.

El tiempo ni va ni viene, está.
El camino no llena nuestras vidas
sino el caminar...
                         .... y al caminar
toda oportunidad sobrevenida
de una incierta tómbola es nacida,
cuyo premio no nos suele tocar...

Palabras que el viento lleva esparcidas
Al pozo del olvido se encaminan
donde mueren. Y si es así ¡qué mas da!

Paz, honestidad y esperanza.
Dicen que no las debemos perder
¿acaso se aconseja de las tres?
¿No son las palabras como lanzas
que silban ágiles al atardecer?
Arquero o presa ¿cuál es tu papel?

La paz no la quiero sin libertad,
que la quietud del esclavo
no será sino muerte..

A ti si que te alabo Honestidad, 
que aunque seas ardiente clavo
eres agarre fuerte...

Esperanza... ¿qué es tu debilidad
Que me tomas por tu esclavo
y tuya es mi suerte?

Agarrarse al clavo ardiendo
De una falaz esperanza
No alivia la brutal ansia
del temor al fruto incierto.

Quien persigue el acierto de su vida
destilándola en una sola palabra
conseguirá que su destino le abra
incitante una ventana suicida.

La realidad es arisca y compleja
como el monte de mi sierra querida
y solo quien soporta las heridas
puede al fin disfrutar de su aspereza.





martes, 18 de agosto de 2015

Del mar de Osuna nunca bebí

Allá por septiembre de 2006 me atrajo una presa, en el sentido cinegético de la palabra, que se ocultaba tras la máscara de Aguademar de Osuna (Sevilla) y tentaba al prójimo jugueteando con la imagen del mar y la luna. Cualquiera que esté al corriente de la geografía sevillana podrá hacerse una idea del latigazo semántico que esas tres palabras me produjeron, estando como estaba todavía dentro del largo verano hispalense: agua, mar, Osuna.

Una vez más hice sonar mi reclamo con la confesa intención de que callese en mis redes:

Agua dulce de las tierras de Osuna 
que al contacto con la piel de mi amada
salada y curiosa donde las haya
de mar se hizo, amor, de mar de luna.

Ella dio muestras de sentir mi trampa pero no se si acobardada por previos desengaños internautas, o por un novato exceso en sus expectativas (las mejores piezas te entran cuando todavía tiene uno el listón por las nubes) se zafó del lazo y huyó graznando epítetos tales como bandolero y loco y amenazándome con tirarme a un pozo. Muy propio de tierras de interior andaluzas. Le apunté con mi arma, corrí arriba la mira para compensar la distancia y, sin esperanza de acertar el tiro, le descerrojé la perdigonada que a continuación les muestro:

Por bandolero me tienen,
por bandolero me ahogo
que por besos de mi niña,
ay, me estoy volviendo loco

Loco de atar me dicen
y camino como un bobo.
Ella es de mis ojos la niña
y quiere tirarme a un pozo.

¿Por qué me niegas tu dicha,
por qué te vuelves tan cauta?
¿Te movieron mis versos a risa?
¿Qué te hizo tan sensata?

Déjate querer mi niña
que tu agua beba deja
dame de tu mar la vida,
no me tengas más en rejas.

Como suele decir mi amigo Antonio, una de las personas más inteligentes que conozco: ¡en fin!


domingo, 26 de julio de 2015

Y sigue la verborrea pastoril

Vuelvo a casos fracasados, que espolearon mis secas fuentes de inspiración. En este caso era una embozada que se ocultaba tras las siglas RPC quien llamó mi atención. No tengo anotado nada sobre su reclamo y tampoco recuerdo su aspecto físico, es decir, el de las fotos que hubiese puesto en su perfil, pero aquí está mi cebo que quedó sin morder.

A RPC

¿Quién será el que no te ama,
que a esta ventana te asomas,
buscando en otras personas
travesura, amor  o cama?

¿Cuándo vendrá, corazón,
quien en ti podrá semillas
que darán a tus mejillas
calor, alegría y pasión?

R, de rabia bulle mi alma
P, de pasión mi pecho estalla
C, cobarde mi boca calla
¿Seré yo, mi bien, quien te calma?


Creo que en unos tiempos donde mandan los versos libres, la licencia de cambiar la métrica de la tercera estrofa es más que perdonable.


lunes, 20 de julio de 2015

De cuando me empiqué a los versos

Corría el año 2006, recién divorciado y mis escarceos en la selva cibernética empezaban a dar sus frutos. Una dama con la que si tuve roce y que levantaba mi lívido a alturas estratosféricas me dio la oportunidad de cometer probablemente mis mejores pecadillos carnales. Cáigame la sentencia que me caiga en el valle de Josafat, sus recuerdos seguirán esbozando en mí una sonrisa.
Como dicen estos versos, a ella fue la primera mujer que escribí poesía y lo cierto es que le terminé, como ya saben ustedes, cogiendo el gustillo.


Absorto queda, cautivo ¿de amor?
y preso de tu estática sonrisa
de tu mirar que atraviesa sin prisa
el pecho de este pobre servidor.

Servidor que ansía provocar tu risa,
animar tu alma, avivar la ilusión,
llenar el hastío con quieta pasión,
ser del estío tuyo la suave brisa.

¿Qué hiciste, musa de mi corazón?
que años ha que escribir versos quería
mas jamás mi mano contento dio.

Hoy libre de mi crítica razón
y mi vergüenza, dirás ¡qué tontería!,
¡Ay mujer!, mas un soneto salió.


 En el original, ¡Ay mujer! era su nombre, pero por razones que cualquier bien nacido puede entender, he decidido mantenerlo en el anonimato. No es que hiciésemos nada punible por las leyes humanas -quizás multable, pero no más- pero siendo, como éramos, dos personas adultas y respetables, hay ciertas cosas que no está bonito que las pongamos en práctica. ¡Ay! ¡Qué dias aquellos de vinos y rosas!

domingo, 5 de julio de 2015

No soñéis con príncipes azules, no vaya a ser que vengan.

Otro de los fiascos cibernéticos de mi etapa licenciosa lo tuve con una mujer cuyos nombre y cara  ni siquiera recuerdo. No tuve la precaución de anotar su apodo de batalla. Ella se presentaba con el siguiente mensaje;

El río siempre cambiante es fuente de insospechados colores, y sin duda sigiloso... pero también poderoso!.... si el riesgo tiene su parte azul y si miras mis retinas, nos abrimos paso, comienza la "magia", se envuelve el susurro, así se esperan 100 años con ilusión... porque serás lo mejor que ha colado la naturaleza y la fuerza. Será una fiesta!.... inundaciones de ternura...porque del corazón salen los sentidos más intensos. Un llenar de los detalles más simples, que no se agotan, y que hacen que la vida, sea algo maravilloso. Así, y sólo así, te pasearás triunfante en mi memoria.

Como siempre cito la cita, y no es una redundancia puesto que la misión de estos mensajes es la de provocarnos y que nos arranquemos como toros en celo, para que se entienda mi mugido de respuesta que no fue otro que el que a continuación les expongo.


Bañado del arriesgado azul de tus retinas
Sus niñas mi voluntad secuestran
Susurrando mágicas la centenaria ilusión
De colarme en ti por natura y por fuerza.

De colarme en tu fiesta de ternura inundada
Que brota desbocada del sentir del corazón
Para cubrir con simples e inagotables detalles
Las maravillas de tu alma, tu vida y tu razón

Pasearme triunfante quisiera por tu memoria
Como el río cambiante de tu canción
Fuente de insospechados colores
Sigiloso, poderoso…..

Bañado del azul de tus retinas
¿habré de esperar aún cien años
Para gozarte en mi pasión?


Ya se que ni de coña da para mención en unos juegos florales de una pedanía de un villorrio pero ¿qué quieren que les diga? Se supone que si una fémina se vende con ese discurso debería ser algo receptiva a una respuesta como la mía. Poeta no seré pero ella tampoco es Rosalía de Castro. En fin, un caso más que me ayudó a entender esa paradoja de la voluntad por la que rara vez somos capaces de saber qué es realmente lo que queremos.

sábado, 20 de junio de 2015

La contraria no es buena táctica en la suerte del amor

Una vez más rememoramos las andanzas amorosas por los pagos de esa ciber-Mancha que llamamos La Red. En esta ocasión, vino caballo y caballero a toparse con una embozada dama -hacíase llamar Ledicia- quien a modo de Santo y Seña daba la siguiente presentación:

Para el error... el perdón, 
para el fracaso... la oportunidad 
y para el amor...el tiempo.

Disfruta del camino, todo llega.

¿Por qué no habré aprendido el arte del embaucador y seguido la corriente a aquellas que intenté conquistar? Pues porque ese arte no se aprende sino que se hereda, y de haber hecho lo contrario que aquello a lo que mi natural me empujaba no habría sido yo.

Así que ya pueden imaginar que espoleado por la ñoñez del discurso, apreté la adarga contra mi costado, enfilé mi lanza y espoleando mi literario corcel galopé sobre estos birriosos versos:

Para el error, seguir caminando
que parar tras errar nos hace miedosos...
Para el fracaso, seguir intentando
que desistir tras fracasar nos hace temer...

Para el amor.... el instante
que si la distancia es el ataúd de los sentidos
de tiempo están hechos sus gusanos...

Mas errar, fracasar, amar y desamar
no es más que pavimentar el camino..

camino que todos hemos de andar.

Como pueden vislumbrar vuesas mercedes, la acometida se esfumó en la niebla y nunca más supe de ella. Ya lo decían los antiguos: prometer y prometer hasta meter, y una vez metido, olvidar lo prometido.


sábado, 13 de junio de 2015

Las noches tempestuosas de la infancia

Ya he narrado en una entrada anterior la angustia de mis noches infantiles. La noche no era más que uno de los suplicios que debía sufrir estoicamente sin posibilidad de escape como las cateas(*) al pelarte, los cosquis y tirones de patillas en el colegio, las ahogadillas en la piscina a manos de las pandillas mayores y tantas otras más. Nada que un alma medianamente dotada no pudiera sufrir sin recabar para sí la atención del resto de la sociedad. Pero no dejaban de ser una pesadilla, hasta que una noche afronté mi problema de cara y le gané la batalla a la oscuridad.  

Mi hija Julia, entre otras muchas cosas, heredó de mi esta condena y tenía cierta tendencia a las pesadillas, cosa por lo demás bastante frecuente entre los niños. No seré yo quién obligue a nadie a pasar por un calvario por el mero hecho de haberlo pasado yo antes y por ello, mientras ella quiso, durmió conmigo todas las noches que pasamos juntos.

Cuando era aun chiquitita, una noche viéndola dormir a mi lado con su carita de tranquilidad se me vinieron a la mente estos versos:

Y tu estás dormidita…

¿Qué sueños pasean por tu frente?
Alma creciente, me das la vida
¿Qué miedos te acechan en la noche?
Parte de mí que vuelve a crecer

No temas mi bien, daré la vida
Para que el miedo deje tu mente
y hagas dulce manto con la noche
y vuelva tu linda sonrisa a crecer

Y tu estás dormidita,
Surcando el bravo mar de la oscuridad
Y yo velo a tu verita
Faro alerta para darte claridad.

(*) Derecho colectivo que los niños de España tenían para hinchar a tortas el cogote de un semejante recién pelado. Bastaba con entonar el grito de guerra ¡catea, catea! y todos salían a correr tras el desgraciado esquilado.

sábado, 6 de junio de 2015

Rianna la siesa

A pesar de haber correteado profusamente por una página de citas con aceptable éxito -en ella conocí, entre otras, a mi segunda mujer de la que, a pesar de no haber funcionado bien la cosa, guardo un grato recuerdo-, he de confesar que por las llamadas redes sociales me siento como en una bulla de Semana Santa, es decir, como debe sentirse un pez cuando se sumerge en el aire. En la primera red social que caí aunque por poco tiempo (no era Facebook) tuve un contacto que se hacía llamar Rianna Stern. La fotos que tenía colgadas en su perfil le quitaban el aliento al macho más pintado pero imagino que no eran suyas. Decía ser una estudiante israelí de la Universidad de Sevilla y mantuvimos una cierta correspondencia epistolar que no cuajó en nada carnal, a pesar de mis intentos. 

Fruto de aquel lance estéril fue este descabellado intento de emular los versos blancos de Shakespeare cuya esterilidad poética es comparable a la del hecho que lo suscitó. Que Erato me perdone.

Withering in my own thinking
Where hopeful Lights never come,
Outside the moon brights heartfully
And everything appeares to shine.
But the sparkling beam of a Stern Queen
Is forbidden for me, a simple man.

(A Rianna Stern, o cómo quiera que se llamase quién quiera que fuese)


domingo, 31 de mayo de 2015

Recordando a mis musas

Sigo quitando el polvo a los cajones de mis discos duros y, por aquí o por allá. aparecen restos de una época muy calenturienta y desordenada. Lo bueno de la edad es que mitiga ese punzante sentido del ridículo que nos amarga la vida cuando niños y jóvenes y nos permite sonreír a nuestras propias gansadas.

Escribir sobre nuestros propios sentimientos, entre otras muchas, tiene la ventaja de que nos permite constatar cuán extraños nos sentimos a nosotros mismos al cabo del tiempo y ello nos debería de hacer reflexionar sobre la percepción que tenemos de los demás.

Ni que decir tiene que las musas siempre son ficticias, pues en ello va la condición de embrujadora necesaria para extraer de nuestro interior lo que por sí solo no sale. Un artista es aquél que no necesita pócimas ni conjuros para dar forma concreta a la belleza y ello solo se adquiere con la técnica que, a su vez, demanda trabajo.

Mis musas tenían algo de verdad, pero en la misma proporción que Aldonza Lorenzo participaba de Dulcinea. Lo gracioso es que a la mayoría ni siquiera las llegué a ver en carne y hueso e imagino que los retratos que me suministraban eran algo fantasiosos ¡Qué más da! 

Ya he referido que en esa época uno vivía asomado perennemente a la ventana digital de una página de citas y pendiente del messenger. Pues bien, en uno de los perfiles de una tal Dido leí lo siguiente:


Lo que haya de venir, aquí lo espero
cultivando el romero y la pobreza.

Aquí de nuevo empieza
el orden, se reanuda
el reposo ,por yerros alterado,
mi vida humilde, y por humilde, muda.
Y Dios dirá, que está siempre callado.

(Dido)

Imagino, porque no recuerdo nada, que al leer estas líneas mi natural bucólico-pastoril se enervó y rápido respondí a su llamada anónima:


Dios me echó de Troya y desespero
Añorando mi romero y mi riqueza.
Ver quiero dónde empieza
el orden que me anuda
al reposo fresco y calmado
de una vida humilde, queda y muda...
y Tu dirás...., y yo siempre callado

Tuyo, tu Eneas

Ni puto caso. Por aquél entonces aun no había asimilado el escaso romanticismo que impregna la naturaleza de la mujer. Como me dijo una compañera de ciber-sexo, unos ingresos sustanciosos y regulares las excita mucho más ¡Triste ventura la de aquél que no sueña día y noche con amasar fortunas contantes y sonantes!

jueves, 14 de mayo de 2015

¿Por la boca muere el pez?

Tonteando una noche con mujeres terminé prometiendo a una un soneto. La excitación que todo macho siente ante la posibilidad de apareamiento nos hace desplegar nuestras plumas más allá de lo prudente y solemos terminar prometiendo la Luna, el Sol y si es necesario la Vía Láctea entera, a pesar de haber comprobado una infinidad de veces que los astros son para ellas una mera metáfora de lo mundanamente caro. No es valor lo que nos demandan sino precio.

Dado que aquel impulso no estaba espoleado por las puntas de Cupido, me vi en la necesidad de salvar mi palabra a cara-cojones, como dicen en los montes de Cádiz, y me costó algo más de lo acostumbrado cumplir mi palabra. He aquí el resultado de la misma:

Un soneto te juré la otra tarde
Y por Dios que cumpliré mi palabra
Que aun a riesgo que me tengas por cabra
De cumplir mis promesas hago alarde

Mas este soneto con sudor se labra
Pues no me dio Erato la pócima
Y no queda en mi mente próxima
La rima. Y mi pluma solo ladra.

Que trabajito, Dios, me está costando
Agradar con decoro tu demanda
Y más valiera la próxima vez

Mi boca sellar y no alardear tanto,
Hacer caso a lo que mi juicio manda
Mirar, oír y poner cara de pez.

jueves, 23 de abril de 2015

Retozando con un poema chino

Desde septiembre pasado me entretengo aprendiendo chino mandarín. ¿Por qué y para qué? Me resulta divertido, los idiomas abren muchas puertas, materiales y espirituales, y puestos a aprender idiomas no se me ocurre otro con más posibilidades en el momento actual, dado que con el español y el inglés ya me defiendo. Además con la edad hay que pensar en un posible Alzheimer y no creo que haya ejercicios de memoria mucho mejores. 

En el libro que seguimos en la academia viene un poema de la dinastía Tang que reza así:


( )




欲穷


 Para oír cómo suena pueden pinchar en el enlace del título.

Lo que me impulsa a escribir esta entrada no es la belleza del poema, que he de confesar que aun no estoy en disposición de apreciar, sino la horrenda traducción del libro.

El pálido sol está desfalleciendo sobre la cadena de montañas dentro de su término
El Río Amarillo está fluyendo dentro del mar Bohai.
Me gustaría subir otro piso de la torre,
para tener una vista más exhaustiva alcanzando una distancia de mil li.

Me tiene verdaderamente intrigado por qué el traductor mete con calzador al mar Bohai. Desde luego es ahí donde desemboca el río Amarillo, pero en el poema no se menciona (海, hai, es mar). 

Ante tamaña estocada a la poética uno no podía quedar impasible y decidí tratar de enmendar el atropello. No aspiro -nunca lo hago- a alcanzar la gloria del Monte Parnaso pero al menos no seré cómplice de ese crimen literario.


Muere el pálido sol con la montaña
Y el río Amarillo entra en la corriente del mar.
Deseo alcanzar con la vista miles de millas, 
Incluso subir de la torre un piso más.

y ya que estamos, sigo...

Esa torre que con letras se cimienta
y su altura no se mide desde el mar.
Edificio que guarda celoso las semillas
de cuyos granos nace todo lo demás.

Amarillo corre el río de la ignorancia.
Pardo crece de la estulticia el mar.
Solo los que se afanan subiendo la torre,
para seguir viviendo, suben más y más.


Ya si eso, lo paso al chino un día de estos...

Notas:

  • 1 li = 500 metros (aproximadamente)
  • Las dos últimas estrofas son completamente mías.